Nos hemos olvidado de cómo nacimos y
no nos acordamos de cómo éramos.
Éramos niños que solo querían reír.
Niños que no querían tener dinero,
que no querían ascensos, que no querían hipotecas,
que no querían coches, que no querían estatus,
que no querían bíceps ni tetas más grandes,
que no querían una cuenta de instagram
y que no querían trabajar ocho horas al día
con veintidós días de vacaciones al año.
Éramos niños que solo querían reír.
Reír y ver a otros reír.
Nos hemos olvidado de algo que continuamente
llama a la puerta de atrás de nuestra conciencia
y mientras tanto,
nosotros estamos demasiado ocupados
estando demasiado ocupados.
Nos hemos olvidado de cómo nacimos
y solo lo recordaremos cuando muramos.
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Harto de ver ofertas de talleres o cursos de escritura creativa. La escritura siempre es creativa, sea como sea. El hecho de escribir ya es en sí una forma creativa, de creación. Lo que estás...
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